Laporta logró juntar dinero con rapidez. De hecho, grandes cantidades bajo un programa en el que el Barcelona vendía activos del membership —incluyendo años de derechos comerciales— a inversionistas externos. Sin embargo, en lugar de usar ese flujo de efectivo para balancear los libros contables, Laporta se embarcó en una descomunal farra de compras para traer a un montón de jugadores nuevos. Las adquisiciones dejaron a la fortuna del membership dependiendo del éxito deportivo, aunado a la necesidad de todavía más fuentes nuevas de ingresos.
Los resultados han sido mixtos. El Barcelona se ubica en la cima de la liga española cuando queda la mitad de la temporada, pero una eliminación humillante —y financieramente desastrosa— de la Liga de Campeones en la fase de grupos ha planteado nuevas dudas sobre sus posibilidades financieras.
Esta semana, Javier Tebas, el presidente de La Liga, ofreció una explicación sobre por qué el Barcelona no pudo registrar a Gavi. Tebas mencionó que, desde el punto de vista de la liga, el nuevo acuerdo pondría al Barcelona en violación de los límites financieros cuando entró en vigor.
En comentarios reportados por los medios informativos españoles esta semana, Tebas expresó: “El tema de no inscribir a Gavi viene como consecuencia de que es una inscripción que tiene efecto la temporada que viene”, dijo al referirse al registro. Mencionó que el déficit del presupuesto del Barcelona para la temporada siguiente sería de más de 200 millones de euros —más de 217 millones de dólares— con base en proyecciones de ingresos actuales, así que “no parece oportuno”.
Con la negativa categórica de la liga española a relajar las regulaciones para permitir que el Barcelona registre a más jugadores, la junta directiva del membership llevó su alegato a la corte native.
En los documentos presentados el viernes pasado, el membership afirmó que el no poder firmar a Gavi con su contrato nuevo —el cual aceptó en septiembre— para el cierre de la ventana de transferencias de enero “implicaría la libertad de este y, por tanto, un perjuicio muy grande e irreparable para el FC Barcelona”.
Si el fallo se mantiene, las regulaciones fiscales de LaLiga que tienen décadas y han sido establecidas con aportes de los clubes en un esfuerzo para reducir la volatilidad, terminarían por ser imposibles de aplicar y los equipos podrían brincarse las regulaciones al desafiarlas en cortes civiles. En gran medida, el Barcelona ha estado aislado por no poder permanecer dentro del límite de gasto designado, el cual es calculado como un porcentaje de los ingresos de cada equipo de sus operaciones futbolísticas.
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